Compasión:
«sensibilidad hacia el sufrimiento de nosotr@s mism@s y de l@s otr@s con la intención profunda de aliviarlo y de prevenirlo». Esta compasión que está hecha de aceptación, de tolerancia y de comprensión surge cuando el amor se encuentra con el sufrimiento.
Para autores como Germer y Neff, la autocompasión consta de tres componentes:
- Amabilidad hacia a sí mism@, que significa ser cálid@ hacia un@ mism@ cuando las cosas no van bien.
- Un sentimiento de humanidad compartida, es decir de reconocimiento de la naturaleza compartida del sufrimiento.
- Una consciencia Mindfulness o de Atención Plena, que nos abre hacia la experiencia dolorosa sin reaccionar a ella, con una consciencia equilibrada.
RECORDANDO
Por amor hacia un@ mism@ nos referimos a una atención cuidadosa, desinteresada y amable que no se refiere solo a una o dos personas sino que aspira a incluir a todos los seres.
Cuando después de haber experimentado un estrés intenso, se mantiene activada la respuesta de alarma, la reacción de escape o lucha se dirige hacia el interior, hacia sí mism@, en forma de autocrítica y autoaislamiento.
La Autocompasión es el antídoto para responder a ese sufrimiento.
La práctica de la Compasión genera sentimientos de bondad y felicidad.